Por una noche la ciudad de Huamantla en el estado de Tlaxcala, México; se convierte en un museo vivo de arte alfombrista, con una exposición de cerca de seis kilómetros de alfombras, que los pobladores hacen como camino, con delicadas ornamentaciones, para el paseo procesional de la Virgen de la Caridad.

En el transcurrir nocturno del 14 al 15 de agosto, en ésta ciudad,  nadie durmió, el ir y venir de los vecinos, la algarabía y el bullicio, despertaron el entusiasmo de todos por vivir ésta fantástica velada en la que se desborda el fervor y el arte que han convertido a esta centenaria tradición en una manifestación de cultura popular.

Esta noche es la más esperada del año, por cientos de familias de la ciudad y sus barrios que con meses de anticipación preparan para ofrecer a la Virgen de la Caridad, vistosos arreglos florales, luces, música y tapices naturales en más de una treintena de calles.

La celebración de dimensiones internacionales, trasciende en lo religioso, artístico, cultural y turístico, con coloridos tapices de aserrín y flores, convirtiendo a Huamantla en el principal  referente del arte efímero en México.

Éste mérito lo consigue el pueblo que se convierte en artista y su obra colectiva pervive apenas unas horas, durante la ‘Noche que Nadie Duerme’  fiesta de religiosidad y derroche de creatividad, que se plasma en más de 32 diferentes tapetes de por lo menos 400 metros cuadrados cada uno, hechos con aserrín de colores y con aroma a flores.

En su peregrinar, la Virgen de la Caridad es custodiada por mujeres que portan el vestido típico que representa el orgullo de la raza mestiza, y a lo largo del trayecto hay por doquier música, fuegos artificiales, alegría y convivencia que hacen de éste un Pueblo Mágico.

Isabel Aquino

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