¿Qué es el Alfombrismo?
El alfombrismo es una expresión cultural que se manifiesta en México desde épocas ancestrales. Es en la comunidad de Huamantla, Tlaxcala donde se forja la tradición con valores artísticos y de colectividad, representada en las alfombras y tapetes que dan identidad a la comunidad alfombrista más significativa de México.
Las Alfombras
A partir de la estructura social y urbana de barrios, la comunidad de Huamantla se organiza e integra en comisiones para agradecer a la Virgen de la Caridad de manera alternada durante el mes de agosto. Las ofrendas se hicieron cada vez grandes hasta llegar a transformar el atrio de la iglesia en un verdadero jardín efímero elaborado en gran medida con los elementos naturales que se recolectaban en la montaña (Matlalcueyetl) como la “lama” (musgo y líquenes) y las flores de campo como la campanita y la trompetilla.
Estas composiciones evolucionan con la incorporación de una mayor variedad de materiales y el dominio de las técnicas artesanales desarrolladas para su confección, pero sobre todo, por la capacidad de los huamantlecos de asumir un rol específico: Desde la comisión encargada de organizar y reunir los recursos necesarios hasta la asignación del diseño y dirección de la obra a un artista de la comunidad reconocido como Maestro Alfombrista; generando así una cadena de aportación colectiva que dio espacio a todas las personas con el deseo de apoyar y sumar al esfuerzo colectivo.
Las alfombras de Huamantla en esencia son ofrendas florales de carácter contemplativo, su forma primordial se realiza con una imagen central que reproduce a la Virgen María, y/o cualquier figura o escena de la iconografía religiosa católica, a partir de la cual se integra una combinación de grecas geométricas en relieve, que en conjunto se percibe como una composición armónica y sensorial. Con una alfombra la comunidad manifiesta un mensaje de agradecimiento en conexión con su entorno.
Los Tapetes
El emplazamiento de la Ciudad de Huamantla tiene grandes ventajas por su cercanía al bosque y las áreas de producción agrícola, pero también corre el riesgo de inundación al estar en dirección a los escurrimentos y la cañada principal de la montaña. La historia oral relata el suceso que origina la procesión de la Virgen de la Caridad, “El 24 de junio de 1888 día de San Juan hubo una gran tromba que duró 2 días, ante la inminente catástrofe la población tocó las campanas de la iglesia y sacó a La Caridad a las calles de esta manera la lluvia cesó.” A partir de este milagro el pueblo acrecentó su fe en la Caridad y la transformó de una imagen de culto a una presencia protectora y viva entre la comunidad, dándose a la tarea de organizar el recorrido de la procesión y de embellecer colectivamente la ciudad con un camino especial y digno del paso de la virgen milagrosa lo que originó la expresión de los tapetes de Huamantla, que en conjunto es la máxima expresión de arte efímero colectivo de México y que ahora es reconocida como “La noche que nadie duerme”.
Así como en época prehispánica los pobladores de este territorio percibían a la Matlalcuéyetl como una presencia viva, para los huamantlecos la procesión del 15 de agosto significa tener viva a La Virgen de la Caridad en la casa y la familia, razón que motiva a la comunidad a desbordar imaginación y generosidad, aun sabiendo que la obra durará solo unos instantes, pues el tapete quedará irremediablemente destruido al cumplir la función para lo que fue creado: recibir a la divinidad.
Los tapetes son caminos efímeros y decorativos, elaborados a lo largo de las calles con aserrín que originalmente se obtenía de los aserraderos que se ubicaban en el bosque de la Matlalcuéyetl y arena blanca proveniente de bancos de extracción cercanos a la localidad. Este material se tiñe con una amplia gama de colores y con la ayuda de un molde se forman grecas que al repetirse integran un mosaico continuo. Las técnicas para hacer los tapetes se desarrollaron a partir del conocimiento de los oficios de las personas y son aún más efímeros y frágiles que las alfombras, siendo solo posibles a partir de la fortaleza y fe de la comunidad.
Las alfombras y los tapetes de Huamantla están consideradas como expresiones del arte efímero, tienen un lapso de duración muy corto pero se registran de manera permanente en el ideario colectivo y el espíritu de las personas, para lograr este fin se requiere de una base colectiva e incluyente. Esta expresión colectiva en su conjunto es lo que denominamos alfombrismo y está sustentada en la comunidad. El alfombrismo de Huamantla representa equilibrio, diversidad, integración e interconexión; es como un árbol que crece y que aporta beneficio a él mismo y a su entorno. Cada elemento que integra esta estructura tiene definición y personalidad autónoma, pero siempre en vínculo y a la vez complemento con los demás.
El alfombrismo es una manifestación cultural e incluyente en la que los individuos en su diversidad pueden aportar e integrarse desde el proceso creativo hasta su culminación artística, es una tradición vigente que se encuentra en una constante transformación e innovación y que se adapta a la forma y recursos con los que cuenta la comunidad en un momento determinado y aunque tiene un fin material y visible lo más trascendental reside en lo intangible que como lo describe la UNESCO es “todo aquello que nos da un sentimiento de identidad y que promueve el respeto a la diversidad y creatividad humana” por lo que desde el 2013 el Alfombrismo de Huamantla es declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Tlaxcala.